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Lo digo sin tapujos: Gomorra es el mejor libro que he leído en años.
Concretamente desde que leí “El Retorno del Rey” de John Ronald Reuel
Tolkien. Durante los últimos cuatro días, he viajado al mundo de la
mafia sin salir de mi casa. Pero no al mundo de la mafia que muestran
películas y series como “El Padrino” y “Los Soprano”, sino a un mundo
de la mafia mas en sintonía con lo que enseña Al Pacino interpretando a
Tony Montana en “El precio del poder”
Roberto Saviano resume como nunca la verdadera cara de la Mafia, sin dejar nada
a la imaginación, señalando con el dedo a personas con nombres y
apellidos. Aunque ha tenido que pagar un precio muy alto por ello. La
revelación de los secretos de la Camorra ha provocado una verdadera
tormenta en el seno de la Mafia. Sin ir mas lejos, el jefe del Clan dei Casalesi, Francesco Schiavone, alias Sandokan, le ha condenado a muerte. Como se dice en las películas, Roberto “sabia demasiado” y no solo eso, ha “dicho demasiado”, y lo peor es que el libro ha calado hondo entre la opinión publica. Si el libro no hubiera
llegado a un gran numero de lectores, lo mas seguro es que lo hubieran
pasado por alto, pero por desgracia para ellos, no fue así. Ahora, el
problema no era que Saviano supiera o hubiera dicho demasiado, el
problema es que ahora, millones de lectores saben lo que Saviano sabe.
Millones de lectores acababan de descubrir la verdadera cara de la
Mafia y sus negocios. Sandokan lo tenia clarísimo: Roberto Saviano debía morir. En su Nápoles natal, Saviano es poco menos que el demonio. En su casa han aparecido pintadas con lindezas como Saviano, gusano, y sin ir mas lejos, llegaron a pasear un ataúd con su nombre, como queriendo decirle: “Da igual que huyas, tarde o temprano te traerán aquí con los pies por delante”
El Ministerio del Interior italiano también lo sabia. Para Roberto,
primero fueron las llamadas anónimas, luego las amenazas de muerte. Y
finalmente, el exilio. Desde el 13 de octubre de 2006, vive escoltado
por cinco carabineros, que se convirtieron en su sombra. Pero esa
protección podría no haberle servido para nada en 2008 si los Casalesi
hubieran llevado adelante su plan para eliminarle. Un pentito (Arrepentido), Carmine Schiavone, que es ni mas ni menos que el primo del superboss
de Casal del Príncipe, Sandokan. La decisión había sido tomada por
unanimidad entre las “familias” del clan. Lo tenían clarísimo: Había
que llevar a cabo la sentencia de muerte que pesaba sobre el escritor.
Y si se tenia que matar a sus escoltas, adelante. Tenían fecha y modo
de ejecutarle: Antes de Navidad y haciendo explotar una bomba en la
autopista A-1, en uno de sus viajes entre Nápoles y Roma. Iban a
hacerlo saltar por los aires a el y a sus escoltas. 16 años y 7 meses
antes, concretamente un 23 de mayo de 1992, la Cosa Nostra utilizo el
mismo método para eliminar al legendario juez antimafia Giovanni
Falcone. Hicieron estallar 1.000 kilos de explosivos colocados bajo la
autopista que unía Palermo con el aeropuerto que hoy lleva su nombre.
De no haber “cantado” Carmine, Roberto habría acabado igual que Falcone.
Hoy día, la cosa no ha cambiado para Roberto Saviano. Sin apoyo de amigos o
familiares, apestado para los napolitanos y con una condena a muerte
por parte de los Casalesi sobre el, no duerme dos días en el mismo
sitio, es escoltado día y noche por los Carabineros y no puede hacer
una vida normal. ¡FORZA ROBERTO!
Concretamente desde que leí “El Retorno del Rey” de John Ronald Reuel
Tolkien. Durante los últimos cuatro días, he viajado al mundo de la
mafia sin salir de mi casa. Pero no al mundo de la mafia que muestran
películas y series como “El Padrino” y “Los Soprano”, sino a un mundo
de la mafia mas en sintonía con lo que enseña Al Pacino interpretando a
Tony Montana en “El precio del poder”
Roberto Saviano resume como nunca la verdadera cara de la Mafia, sin dejar nada
a la imaginación, señalando con el dedo a personas con nombres y
apellidos. Aunque ha tenido que pagar un precio muy alto por ello. La
revelación de los secretos de la Camorra ha provocado una verdadera
tormenta en el seno de la Mafia. Sin ir mas lejos, el jefe del Clan dei Casalesi, Francesco Schiavone, alias Sandokan, le ha condenado a muerte. Como se dice en las películas, Roberto “sabia demasiado” y no solo eso, ha “dicho demasiado”, y lo peor es que el libro ha calado hondo entre la opinión publica. Si el libro no hubiera
llegado a un gran numero de lectores, lo mas seguro es que lo hubieran
pasado por alto, pero por desgracia para ellos, no fue así. Ahora, el
problema no era que Saviano supiera o hubiera dicho demasiado, el
problema es que ahora, millones de lectores saben lo que Saviano sabe.
Millones de lectores acababan de descubrir la verdadera cara de la
Mafia y sus negocios. Sandokan lo tenia clarísimo: Roberto Saviano debía morir. En su Nápoles natal, Saviano es poco menos que el demonio. En su casa han aparecido pintadas con lindezas como Saviano, gusano, y sin ir mas lejos, llegaron a pasear un ataúd con su nombre, como queriendo decirle: “Da igual que huyas, tarde o temprano te traerán aquí con los pies por delante”
El Ministerio del Interior italiano también lo sabia. Para Roberto,
primero fueron las llamadas anónimas, luego las amenazas de muerte. Y
finalmente, el exilio. Desde el 13 de octubre de 2006, vive escoltado
por cinco carabineros, que se convirtieron en su sombra. Pero esa
protección podría no haberle servido para nada en 2008 si los Casalesi
hubieran llevado adelante su plan para eliminarle. Un pentito (Arrepentido), Carmine Schiavone, que es ni mas ni menos que el primo del superboss
de Casal del Príncipe, Sandokan. La decisión había sido tomada por
unanimidad entre las “familias” del clan. Lo tenían clarísimo: Había
que llevar a cabo la sentencia de muerte que pesaba sobre el escritor.
Y si se tenia que matar a sus escoltas, adelante. Tenían fecha y modo
de ejecutarle: Antes de Navidad y haciendo explotar una bomba en la
autopista A-1, en uno de sus viajes entre Nápoles y Roma. Iban a
hacerlo saltar por los aires a el y a sus escoltas. 16 años y 7 meses
antes, concretamente un 23 de mayo de 1992, la Cosa Nostra utilizo el
mismo método para eliminar al legendario juez antimafia Giovanni
Falcone. Hicieron estallar 1.000 kilos de explosivos colocados bajo la
autopista que unía Palermo con el aeropuerto que hoy lleva su nombre.
De no haber “cantado” Carmine, Roberto habría acabado igual que Falcone.
Hoy día, la cosa no ha cambiado para Roberto Saviano. Sin apoyo de amigos o
familiares, apestado para los napolitanos y con una condena a muerte
por parte de los Casalesi sobre el, no duerme dos días en el mismo
sitio, es escoltado día y noche por los Carabineros y no puede hacer
una vida normal. ¡FORZA ROBERTO!
